NO SE COLOCA :-(

[MariLuz]

Hola a todas/os he tardado un siglo en escribir y todavía tardaré 2 mas en terminar de leer todas las cosas interesantes que siempre encuentro en este foro.

Sobretodo os escribo para contaros mi experiencia en Acuario.

Los antecedentes eran, en la semana 32 aprox. Me detectaron polihidramnios por una ecografía no tridimensional............., creo que el diagnóstico es mas que dudoso. Al mismo tiempo empezaron las advertencias de posible adelanto del parto y posibles complicaciones en la formación de feto............. Aunque casi todos o la mayoría de los polihidramnios son idiomáticos, es decir, no se sabe a que se deben........, pues nada se tiraron semanas citándome cada 7 días para hacerme ecos para seguir el polihidramnios famoso. Sobre la semana 36 me harté del tema, dejé de ir a mi ginecóloga, dejé de ir a las ecos, que me angustiaban cada vez que me decían que cada vez había mas líquido y decidí conectar con mi bebe y preguntarle que tal se encontraba........... Él parecía responder: “yo estoy estupendamente”, tengo mucho sitio, me muevo mucho y estoy muy feliz.

También dejé de ver a mi ginecóloga porque me insinuó que deberíamos inducir el parto, ya que no se sabía a que se debía el polihidramnios y “total el bebe ya esta totalmente formado” esto era la semana 35, después de esa consulta fue la última que hice con ella, claro está.

Al llegar a Acuario, semana 39, miraron mi historial, que llevaba de Madrid, miraron mi tripita........, realmente tenía un enorme barrigón!!!!!!!!!!!. Como me comentaba Inma Marcos en los últimos mails de noviembre. En fin parecía que había algo de líquido mas de lo normal, pero me tranquilizaron muchísimo, me dijeron que no me preocupase en absoluto y que ya me pondría de parto. Asi es que yo toda feliz, ya podía moverme con libertad sin riesgos a romper bolsa, que hubiese prolapso de cordón, etc. Tal era mi tranquilidad que me pasaba las tardes haciendo excursiones buscando espárragos, recogiendo naranjas y mandarinas, saltando si hacía falta, agachándome......, en fin todo lo que tenía súper prohibido en Madrid por si rompía aguas.

El caso es que puntualmente, justo al cumplir la semana 40, ni un día antes, ni un día después empezaron las contracciones el 30 de noviembre por la mañana, el día anterior ya había tenido lo que parecían contracciones, bastante regulares, cada 5 minutos, pero nada dolorosas. Sobre las 10 de la mañana del 30 de noviembre las contracciones no me dejaron dormir mas, con lo dormilona que estaba yo esos días, asi es que desayuné con muchas ganas y me fui a dar un paseo, Fran, mi marido dormía como un tronco. A la vuelta del paseo, sobre las 13:00 las contracciones seguían ahí puntuales cada 7, 5 minutos, algo mas intensas, pero de todas formas muy soportables, pude comer bien, con muchas ganas y apetito.
Sobre las 21:00 ya las contracciones eran mas molestas, asi es que decidimos ir a Acuario, estaba de guardia Ágata, una matrona francesa , encantadora con la que hicimos algunas clases de bailes latinos y natación en el curso de preparación al parto, Ágata me miró y me dijo que las contracciones estaban ahí se registraban en el monitor, pero aún no había empezado a borrarse el cuello ni nada por el estilo, asi es que de vuelta al apartamento que teníamos alquilado. Las contracciones siguieron toda la noche, con la misma regularidad ya no tuve ganas de cenar ni de leer ni ver la tele ni de nada, solo estaba a gusto a 4 patas, pero por otro lado me dolían las rodillas y los codos, sobre las 4:00 expulsé el tapón mucoso, me emocioné mucho, pensé: “bien, algo debe haber cambiado en el cuello, se habrá puesto mas blando al menos”, estuve esperando a que fuese una hora decente para volver a Acuario y despertar a Fran, asi es que sobre las 11:00 estábamos de vuelta en Acuario, era 1 de diciembre, la verdad es que yo estaba agotada de no dormir en toda la noche y de todas las contracciones del día anterior, me dijeron que tenía que intentar dormir, que seguramente esa noche me pondría de parto, pero que si no descansaba no tendría fuerzas para llegar al final y que comiese algo, aunque fuese poca cantidad, pero yo ya no tenía ninguna hambre, no me entraba nada, me daban arcadas, supongo que del cansancio.
No había forma de dormir, las contracciones no me dejaban, pero lo peor es que seguían su ritmo cada 5 minutos, no aumentaba el ritmo, aunque si parecía aumentar la intensidad, o al menos a mi me dolía cada vez mas. Sobre las 22:00 de esa noche fui de nuevo a Acuario y le dije a Ágata que cómo era posible que mi bebe se siguiese moviendo tanto????, llevaba muchas horas de contracciones, no rompía aguas y mi bebe (aún no sabíamos si se llamaría Alejandro o Héctor, dependía del color de su pelo) se seguía moviendo como si no pasase nada, efectivamente a Ágata le pareció muy raro, Héctor estaba a veces con el culete en el lado derecho de mi barrigón y media hora después estaba atravesado y una hora después estaba en otra postura........, parecía que el líquido le dejaba libertad total. El caso es que estuvimos toda la noche haciendo todo tipo de ejercicios, poniendo posturas, probando posiciones, fajas, cuerdas, escaleras...., lo que fuese para que Héctor se colocase de una vez, pero Héctor parecía descender con cada contracción y entre contracción y contracción se volvía a subir.

A la mañana siguiente, ya era jueves 2 de diciembre yo ya no podía con mi alma, Ágata me dijo, vamos a esperar a Rachel, la matrona jefe, le vamos a contar tu caso y a ver que hacemos............, sobre las 11:00 llegó Rachel con el cambio de turno: “niña tu estas destrozada, así no vas a poder empujar”, bueno la solución pasaba por esperar a ver si se desencadenaba algún proceso y así podría estar una semana mas o bien romper aguas, estando yo de cuclillas para facilitar que Héctor se colocase bien para salir, si Héctor no se colocaba bien..................terminaría en cesárea. Vamos a esperar a Pedro, uno de los fundadores de Acuario y el que me operaría en caso de cesárea. Pedro llegó sobre las 13:00 y cuando fue a romperme aguas: “niña si ya has roto aguas y estas de 4 cm. De dilatación....”, no me lo podía creer, hacía una hora no estaba dilatada en absoluto, ni siquiera tenía el cuello borrado!!!!!!!, cuándo había roto aguas si yo no había notado ningún torrente de agua caerme entra las rodillas???????.

Bueno, ante esta novedad me propusieron intentar un parto vaginal, pero tendrían que acelerar las contracciones con oxitocina, porque seguían cada 5, 6 minutos y con ese ritmo no había forma de que el parto progresase, como estaba tan cansada me propusieron oxitocina y epidural para intentar el parto natural, en aquellas circunstancias me pareció buena solución. Estuve 4 horas con el goteo, por fin pude descansar, hasta me quedé dormida, me quedé frita y el monitor decía que mis contracciones venían cada 2 minutos aunque yo solo notaba esas oleadas con las que empecé el lunes, por otro lado la epidural me permitía mover las piernas y la cadera, solo estaban como acorchadas.

Después de 4 horas, Héctor seguía sin moverse aparentemente, mejor dicho él si se movía, descendía y subía y cada descenso era como un bombeo, el caso es que parece ser que se acumuló muchísimo líquido y sangre en el canal de parto y en la vulva, de hecho yo la vulva si que me la veía como multiplicada por mil, estaba enorme, edematizada según me comentó Rachel, “así no puede seguir, voy a avisar a Pedro”, evaluaron la situación y me dijeron “te lo vamos a tener que sacar!!!!!!!!!!!”. La verdad es que la frase me pareció dura, pero era la pura verdad, no lo iba a parir, me lo iban a sacar. Asi es que 10 minutos después Fran estaba disfrazado de médico para acompañarme al quirófano, estuvo todo el tiempo conmigo, de vez en cuando miraba la operación y de vez en cuando me miraba a mi........ 15 minutos después, a las 18:06 Héctor ya estaba en este mundo, sus ojos negros parecía inundar su pequeña carita, nunca me olvidaré de aquella mirada, fue muy emocionante, lo pusieron sobre mi tan escurridizo, tan lleno de vida, todo lo exploraba con su boca, sus ojos....., segundos después soltaba un grito llenando sus pulmones, no llegó a llorar, fue como: “ya estoy aquí”, pero bien alto.

Poco después le preguntaron a Fran si le quería pesar y ya en la habitación se enganchaba a mi pecho como si fuese lo único que existiese en este mundo, no paraba de mirarme y yo no podía dejar de mirarle a él. Pesó 3,370 Kg., no le midieron, porque no son partidarios de estirarles recién nacidos, cosa que me parece muy bien, le dieron vitamina K vía oral y me dieron la siguiente dosis para que se la diese pasadas las 24 horas. No le pincharon para la vitamina K ni para la hepatitis B, de la que no está vacunado, ni para la prueba del talón, que se la hicieron el 5º día después de su nacimiento y el apoyo a la lactancia fue en todo momento de primera.

Solo puedo decir que Acuario merece la pena, no se que habría pasado si me hubiese quedado en Madrid, por el trato, por cómo se desarrolló todo, porque en todo momento se me consultó y considero que se me asesoró sobre qué hacer o cuales eran las posibilidades en cada momento según avanzaba el tiempo.

También tengo que decir que las últimas semanas de mi embarazo las llevé con Mayte una matrona de “nacer en casa” y la última vez que la vi me reconoció que ella no se habría arriesgado a atender en casa por como estaba Héctor en mi última semana de embarazo, por no estar colocado, por moverse tanto....., por el exceso de líquido......., me comentó, seguramente habríamos acabado en un hospital. Asi es que en ese momento si que me quedó claro que tenía que irme a Acuario.
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